martes, 21 de septiembre de 2010

Eyaculación Femenina

Uno de los hallazgos más sorprendentes de los últimos años fue el redescubrimiento del punto G. Con el surgió un concepto aún mas revolucionario, cual es la presencia de una auténtica eyaculación femenina. Es bien sabido que la mujer produce una secreción vaginal al momento de la excitación, que tiene como objetivo lubricar las paredes vaginales para que la penetración no resulte dolorosa. Inicialmente, se creyó que el relato de muchas pacientes en el sentido de que expulsaban un líquido abundante al momento de las relaciones sexuales, hacía referencia a esa lubricación vaginal. 

Sin embargo, varios investigadores se dieron a la tarea de estudiar detalladamente el fenómeno y se llegó a la conclusión que en algunas mujeres, además de la lubricación vaginal, se produce la salida de un líquido a través de la uretra o caño de la orina, al momento de la relación sexual. Este líquido no es orina. Física y químicamente difiere de las características urinarias y su salida a través de la uretra descartan la posibilidad inicial de que sea simplemente lubricación vaginal. La eyaculación femenina acontece justo cuando sucede el orgasmo, sobre todo en las mujeres conocedoras de las técnicas de estimulación del punto G.

Esta información es muy útil a nivel clínico, en el sentido de que algunas mujeres creen que se orinan con las relaciones sexuales y esto les provoca fuertes inhibiciones en su desempeño sexual. Por otra parte, varias pacientes han sido operadas de la vejiga, porque tanto el médico como la paciente creían que se trataba de un caso de incontinencia urinaria.
Sabemos que no es una incontinencia urinaria porque se produce aun cuando la mujer ha orinado antes de la relación sexual. Además, a diferencia de la incontinencia urinaria clásica, esta salida de líquido solo se produce con el acto sexual y no con los esfuerzos físicos.

A nivel vivencial, las parejas presumen que no se trata de orina, básicamente porque esta secreción no huele a orina, y aun cuando es abundante y moja las prendas de cama, no se acompaña de ese olor urinario tan "sui generis". Desde el punto de vista médico, el diagnóstico es relativamente sencillo. Se le pide a la pareja que recoja una muestra del líquido y se analiza microscópicamente para diferenciarlo de la orina.

Hay que ser claros: No todas las mujeres presentan la eyaculación femenina, y en muchos casos es un problema en la retención de la orina. Lo que es cierto es que un grupo considerable de mujeres experimentan este fenómeno, que es visto por ambos miembros de la pareja como un deleite más en el mundo de los placeres del sexo.

jueves, 16 de septiembre de 2010

Como excitar sexualmente a una mujer

Excitación femenina
La excitación sexual de la mujer es bastante más compleja que la excitación del hombre y más difícil de comprobar.
El hombre tiene rápida respuesta ante los estímulos eróticos lo cual puede verse facilmente debido a que el pene se pone erecto y esa erección será más consistente a medida que la excitación aumente.
Si bien la mujer ofrece ciertas transformaciones a nivel físico durante la excitación sexual, estas, en la mayoría de los casos, suelen ser muy sutiles y se necesita una cierta experiencia para darse cuenta en que momento están ocurriendo.

No se puede escribir un manual sobre como excitar sexualmente a una mujer sin considerar que hay diferentes tipos de mujeres, están las que no tienen ningún tipo de inhibiciones y viven su sexualidad igual que los hombres y aquellas para las que el sexo va indefectiblemente unido a los sentimientos.
Estas últimas, generalmente son las que tienen más dificultades en lograr la excitación y por lo consiguiente el orgasmo.
Estos son algunos consejos para excitar sexualmente a una mujer que conviene tener en cuenta.
El tiempo
Lo primero que se debe saber es que las mujeres necesitan más tiempo que un hombre para alcanzar la excitación.
Un hombre puede excitarse con una simple caricia en el pene o viendo a alguien desvestirse, en cuanto el pene se pone erecto ya está dispuesto para la penetración.
El tiempo que necesita una mujer para excitarse sexualmente, es variable, pero se calcula que entre 10 y 20 minutos, como mínimo.
El romance
La mujer para excitarse necesita entrar en clima lentamente, nada de arrojarsele encima con prisas ya que eso logrará un efecto totalmente negativo.
Recuerda que el hombre reacciona más a los estímulos externos pero las mujeres son más emocionales, si quieres seducirla ponle un toque de romance a la situación.
Besos y caricias
Para excitar sexualmente a una mujer los besos y las caricias son fundamentales.
Las caricias deben ser en todo el cuerpo, si crees que la zona genital y los senos son las partes más erógenas, estás en un error.
Hay mujeres que tienen mucho más sensibilidad en el vientre, las piernas, los brazos, la nuca, la espalda y el cuello, por lo tanto no dejes lugar sin acariciar y vas observando las reacciones.
Nunca comiences enfocando tu atención en la zona vaginal, al contrario demora todo lo que puedas en el resto del cuerpo y déjalo para lo último.
Las palabras
Las palabras tienen mucho efecto para lograr la excitación de una mujer, algo que nunca falla son los elogios sobre el cabello, la piel, los ojos y todo lo que te surja decirle en ese momento.
El lenguaje erótico que tanto excita a los hombres puede causar rechazo a muchas mujeres, lo más conveniente es deslizar alguna palabra fuerte y observar la reacción, si a ella le gusta estás de suerte y encontraste un camino más rápido para llegar al objetivo.
La imagen
El hombre también debe verse sexy para provocar el deseo en una mujer y para ello no se necesita más que una ducha y un par de gotas de algún perfume agradable.
Presta especial atención a tu ropa interior, no importa que tipo de prenda prefieras siempre y cuando te quede al cuerpo y luzca bien.
Por último un detalle importante, cuando te quites la ropa, que sea toda la ropa, ni se te ocurra dejarte las medias puestas, ese sería el error más grande de todos.
Fuente: www.infosexual.net

viernes, 10 de septiembre de 2010

Los secretos inconfesables que toda mujer tiene

Todos guardamos secretos a nuestras parejas; cosas ingenuas, o menos ingenuas, que pueden agrietar los cimientos de la convivencia. Temas que es mejor pasar por alto para no hacer daño al contrario, aunque tengan que ver con una vida anterior a la relación.

Así, se convierte en tabú todo lo relacionado con historias pasadas, especialmente lo que tenga que ver con sexo y amor, lo que habla y hace con las amigas en las salidas nocturnas, las típicas ‘mentirijillas’ que se dicen cuando se inicia una relación para impresionar al contrario.

Aunque sean cosas totalmente inocentes o sin maldad, pueden provocar desconfianza y él los aprovechará para echarlos en cara en los momentos críticos cuando tenga la más mínima oportunidad.

El sexo, un tema complicado
Hay dos grandes cuestiones sexuales que las mujeres tergiversan delante de sus parejas: el número de amantes que han tenido (a nadie le hace gracia descubrir que en su lista hace el número 50) y la calidad en la cama de los mismos, y las cualidades del cónyuge para despertar la capacidad orgásmica. En el primer caso la cifra acaba reduciéndose a la mínima expresión y en el segundo sufre un aumento proporcional al de los gritos y gemidos que salen de la garganta durante el acto sexual.

Es aconsejable confesar sólo el número real de amantes cuando no se supera la barrera de los cinco. A partir de esta cifra es conveniente reducir la lista o, en todo caso, omitir (que no mentir) parte de las experiencias.

Con lo que respecta a los orgasmos, ¡que levante la mano quien alguna vez no ha fingido en la cama! Se comienza con uno en la primera relación con él, para no hacerle sentir mal, y se acaba cogiéndole el gusto, llegando al clímax ficticio tres y cuatro veces cada vez que se hace el amor. ¿Por qué? La presión que ejercen los hombres en la cama para llegar hasta aquí puede bloquear nuestra propia capacidad orgásmica, por lo que la única solución viable, si no se quiere acabar con determinadas partes de nuestro cuerpo echas añicos, es fingir para acelerar el proceso.

Por último, las fantasías eróticas sólo hay que compartirlas cuando él forma parte de ellas. Realmente usted sería incapaz de confesar que el protagonista de su sueño picante ha sido el vecino que hoy se ha presentado en su casa pidiéndole sal. Esto significaría la defunción sexual de la pareja.

Mi ex, ¡un 'amor'!
'Peligroso' también resulta el tema de los ex, más cuando el tiempo ha querido que sigan siendo amigos de ellos. Si no has conseguido de ninguna de las maneras que ambos se lleven bien, lo mejor es no hablar del tema. Ni de su nuevo piso, ni de su nuevo coche, ni de, incluso, sus numerosas novias. Que usted haya superado esta ruptura, no significa que su pareja lo haya conseguido también.

Todo es aún peor cuando su ex suegra, que es un cielo, no para de llamar para tomar café. Ante todo disimular, disimular, disimular…, sin develar nunca que su afán controlador y su reojo malintencionado a usted le sacan de quicio. Las familias políticas suelen ser puntos de desencuentro en las relaciones y causa de muchos divorcios y separaciones.
¿Yo celosa? Nunca
El tema de los celos parece que va implícito cuando se quiere a alguien, y es que es inevitable sentir hormigas en el estómago cuando él no para de hablar de su nueva compañera de trabajo o cuando su ex le llama en su cumpleaños para decirle lo mucho que se acuerda de esos maravillosos momentos que pasaron juntos. Y cuando hablo de hormigas, me refiero a esas rojas de grandes mandíbulas que devoran las entrañas cuando el radar detecta alguna mujer cerca.

También se deben ocultar las locuras que a veces los celos te llevan a hacer, como seguirle en más de una ocasión cuando dice que va al fútbol con unos amigos, o revisarle los e-mails o los mensajitos y llamadas recibidas en el móvil. No es una buena idea comportarse como una espía rusa, pero si no ha podido resistirse a la tentación, no se lo diga si no quieres que no vuelva a confiar en ti.

Un café con las amigas… y algo más
Lo que pasa en las reuniones de sólo chicas, debe permanecer como secreto de estado. Este pacto de silencio hay que respetarlo porque comentarios tontos o ciertas actitudes, pueden llevar a malos entendidos si se sacan de contexto.

Y es que en ocasiones es habitual ‘tontear’ con algún hombre, simplemente para reafirmar ese ‘sex-appeal’ del que gozábamos en tiempos anteriores y que familia, hijos, casa y trabajo insisten en sepultar. Contar esto sería un suicidio conyugal.

Tampoco es aconsejable develar todo lo que se comenta entre amigas. Tonterías del tipo ‘qué bueno está el novio de Elena’ o ‘yo a ese le haría un favorcito’, no necesariamente significa que se esté tramando una infidelidad.