viernes, 22 de junio de 2012

Sexo según la edad



Esto también es válido para la práctica del sexo, según la edad, será el sitio de importancia  que ocupe en nuestra vida, así como la forma y la frecuencia de vivirlo.

El sexo desde los 20 a los 30 años
En esta etapa es cuando más se piensa en sexo, tanto hombres como mujeres están ansiosos por probarlo y sentirlo “Todo”, incluso las relaciones con el mismo sexo, lo cual no deja de  ser más que una experiencia, si bien para algunos puede reafirmar su bisexualidad o inclinarse al lesbianismo u homosexualidad.

También en esta franja de edad están más propensos a las enfermedades de transmisión sexual, ya que los impulsos y la libido alta se encuentra a la orden del día, lo que hace que   muchas veces pasen  por alto la prevención.

El sexo desde los 30 a los 40 años
Se abre otro panorama basado más en el voyerismo. Ya no hay tantos recaudos en cuanto al pudor, la experiencia de los últimos años en cierta forma, hace que nos sintamos más desinhibidos, por lo que las relaciones sexuales en la playa o ciertos lugares públicos ya no son impedimento para llevarlas a cabo.

También entramos en una etapa más madura, en muchos casos ya se está planeando la llegada de los hijos a la pareja (Si es que aún no los tienen) y la vida sexual sufre una alteración en cuanto a la frecuencia y es posible que en algunas mujeres decaiga el deseo.

El sexo después de los 40 años
Es en donde muchos hombres comienzan con los problemas de erección, algunos en su afán de reafirmar su vigor y rendimiento, salen en busca de nuevas conquistas y se vuelven infieles, ya que de esta forma se prueban así mismos que  todavía se sienten deseados  y que el llegar o  pasar de los cuarenta años, en realidad no ha cambiado sus vidas.

En cuanto a las mujeres, también sufren lo suyo, comienzan con la sequedad vaginal para lo que se recomienda el uso de lubricantes, las pérdidas de orina y la pre-menopausia, con lo cual el deseo sexual disminuye y se enfrentan a grandes cambios hormonales, físicos y psicológicos.

Afortunadamente hoy en día  hay muchos productos paliativos con los que podemos contar para llevar una vida sexual normal y que estos trastornos nos afecten lo menos posible.

Fuente: sexgenial.com

miércoles, 20 de junio de 2012

Pegging: Te atreverías??


Un tema algo controversial sobre todo para el género masculino, muchos no aceptan que les puede gustar, estoy hablando del Pegging. Cambio de roles sexuales, pegging, bend over boyfriend… con todos estos calificativos se conoce a esta práctica, que cada vez más parejas de heterosexuales se anima a experimentar.

El pegging es una práctica sexual en la cual una mujer penetra el ano de un hombre con ayuda de un consolador que va sujeto a un arnés o a su propia vagina. Es una práctica que le da a la mujer el rol de dominación, quedando el hombre en una total postura de sumisión.  La palabra pegging es un neologismo que hace referencia explícita a esta práctica y que fue popularizado por el columnista Dan Savage.

Muchas de las parejas van juntas al sex shop para elegir el modelo, color y tamaño del juguete que servirá para darle placer a ambos y jugar aunque sea por un rato, con el cambio de roles. Seguramente muchos de los hombres que estén leyendo este artículo, verán esta práctica casi como aberrante y por nada del mundo aceptarían “jugar este juego” y esto debido a la cultura machista reinante y por temor a ser juzgados como homosexuales.

Pero lo cierto es que, como toda práctica innovadora, sólo persigue el objetivo de salir de la rutina, vivir nuevas experiencias sexuales y, por qué no también, enriquecer la vida sexual y de pareja. En el caso de la mujer, la satisfacción sexual puede darse a través de la penetración, si se está utilizando un arnés doble, es decir mientras penetra a su pareja, es penetrada a su vez, por el juguete sexual, o por una satisfacción psicológica, por el sólo hecho de penetrar y satisfacer a su hombre.

En términos de placer físico, la mujer puede obtener una estimulación directa en su vulva a través de la base del consolador, o en el caso de los consoladores dobles, mediante penetración vaginal. La mujer puede hacer uso de un segundo vibrador que por lo general se ubica entre el consolador y su clítoris.

En tanto en el hombre, la estimulación es anal o prostática, y también por la excitación que le despierta el hecho de ser penetrado por una mujer. Algunos hombres disfrutan masturbándose (o siendo estimulados manualmente por su pareja) durante el pegging. Hay una gran variedad de arneses sexuales disponibles en el mercado, los más comunes son con cinturón, pero también existe un modelo sin cinturón, que cuenta con un extremo para introducir en la vagina, y de este modo poder penetrar. También los hay con varias velocidades e intensidades.

Algunas personas practican el pegging porque disfrutan de los aspectos psicológicos de dominación y sumisión que implica, de hecho, con frecuencia los juegos de roles donde hay una dominación por parte de la mujer, suelen culminar con la mujer penetrando al hombre analmente.

En los últimos años esta práctica sexual ha aparecido con mayor frecuencia en las películas pornográficas, sin embargo su primera aparición (mucho antes de que se acuñase el término) no fue en una película pornográfica, sino en la película Myra Breckinridge, basada en una novela homónima de Gore Vidal.

Una práctica que si bien no es para cualquiera, ya que requiere de una gran apertura mental, es una buena alternativa, si lo que buscas son nuevas experiencias en la cama. 
¿Te animarías a practicar pegging?